Con ganas, con fuerza, con el tiempo. Corren por instinto, demostrando ser imposibles de alcanzar. Pero quisiera saber realmente, cuan rápido eres tú.
Juegas, ríes, huyes.
Pero esta niña te observa, desconcertada y aturdida, desde el otro rincón, donde nada tiene vida. Sola, aburrida, aún después de todo, te espero aquí aunque posiblemente no me quieras viva.
Pero decides dejarme con recuerdos, esos lindos y alegres, que cada vez que los recuerdo, no logro entender la forma en la cual ahora te diviertes.
Entonces es cuando mis ojos se empiezan a nublar, y no dejo de llorar.
Dime la verdad, por que esta niña te quiere escuchar.
Desde que te conoce te dice la verdad. Suena ilógico que no me creas conocer, cuando fuiste tú a quien le conté todo hasta el final.
Prácticamente podría pensar que eres la única persona que me conoce tanto, por que siempre estuviste para escucharme, y ayudarme.
Entonces dime la verdad, por que esta niña te quiere escuchar.
No entiendo que sucedió, no se por que no quieres jugar conmigo y en cambio si juegas con los demás.
Esta niña tiene miedo, el cual ya no reconoce si es miedo o si es dolor.
Y ahora, nos vemos como niños, peleando como si aún tuviésemos cuatro años.
No me gusta permanecer en el rincón, ese donde me envuelve la desorientación y la amargura. Quiero jugar al sol, verte en claro, se claro, aunque el sol queme.
Por que las confusiones existen, y los malentendidos también.
Esta niña es una sola, que se muestra a todos como es, evitando tu mundo, el cual dices que esta lleno de hipocresía.
Esta niña se equivoca, no es perfecta, pero es un ser humano. ¿Vos te equivocaste alguna vez?, digo, tal vez así entiendas.
Esta niña guarda todos tus secretos. Y puede jurar, o mejor dicho procurar/prometer, ya que algunos dicen que jurar no se jura, que jamás ha hablado mal de ti, o contado algo ajeno a su persona, o intentado algo para herirte.
Mi querido amigo, solo quiero que comprendas que jamás podré desterrarte de mi vida, por que no quiero hacerlo.
Espero que puedas derribar los muros de tu mente, esos muros que te impiden que volvamos a jugar juntos.
Tal vez te parezca una estúpida niña, hasta quizás me odies.
Pero al menos, yo intento, que todo vuelva a ser como era, quizás a otra niña podría no importarle su amigo.
Ojala, algún día comprendas, que todo el mundo merece una segunda oportunidad.
♦(Anna D. L)♦