Lo quería todo, y por más que lo tuviera, no iba a ser feliz, por que así era ella, vivía llena de bronca y resentimiento, ocupada con sus cosas, sin tiempo para otros.
Herida por los golpes que la vida le había dado, intentando sobrevivir al dolor, no importaban los demás, solo ella era dueña de la decisión final. Así veía ella su mundo, y no era precisamente la princesa de un castillo encantado donde todos bailaban alegremente, ella se había convertido en un monstruo, sola y amargada.
Sabía bien que actuar así no era lo mejor, pero ella mantenía su postura, sin importar lo que pensaran los que la rodeaban. Había tomado la decisión equivocada, el camino incorrecto, y para ella, no había vuelta atrás.
♦(Annie D. Lopez)♦